La Comisión Interamericana de DD.HH. trató los efectos negativos que causa la ausencia de leyes para las uniones homosexuales.
Por primera vez en sesión ordinaria, este viernes 6 de Noviembre, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA), recibió en Washington, a una delegación de defensa de derechos de las minorías sexuales, integrada por Rolando Jiménez del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), a Manuel Forno de la organización peruana Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (Promsex) y a Alex Bernabé de la Fundación Igualdad Legal y Social para Lesbianas, Gays, Bisexuales y a Trans (LGBT) de Bolivia.
En su relato a la CIDH, precisaron las condiciones especificas de discriminación que afecta a las minorías sexuales en cada uno de sus países, para luego detallar los denominadores comunes de exclusión.
1.- La falta de reconocimiento legal a efectos de acceder a las prestaciones de salud que otorgan los planes privados o públicos de salud.
2.- La falta de reconocimiento legal del derecho a decidir sobre intervenciones quirúrgicas o tratamientos médicos que un miembro de la pareja homosexual deba recibir cuando se encuentra inhabilitado de tomar una postura, y cuya autorización debe darla el familiar más cercano.
3.- La falta de reconocimiento legal, en igualdad de condiciones respecto de las parejas heterosexuales, al acceso a los sistemas de asignaciones familiares establecidos por nuestras leyes"
Finalizado el diagnóstico de los tres países, los activistas pidieron a la CIDH que intervenga ante los Estados de Bolivia, Chile y Perú, mediante diversas recomendaciones:
1. Que los estados aprueben en sus respectivos ordenamientos jurídicos, legislación específica que reconozcan los derechos de las parejas de mismo sexo.
2. Que los estados proporcionen garantías suficientes y efectivas de igualdad ante la ley y de no discriminación para las parejas homosexuales.
3. Que ninguna pareja del mismo sexo sea discriminada de acceder, -en los mismos términos que las parejas heterosexuales- a la educación, la vivienda, la salud, el empleo, la asistencia humanitaria y las prestaciones sociales y previsionales
Los activistas confiamos que con este primer paso de carácter internacional sirva para ir cambiando de alguna forma el dramático panorama sociocultural y jurídico de quienes amamos a personas del mismo sexo
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